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jueves, 25 de junio de 2015

I lived on Butterfly Hill, de Marjorie Agosín

Paseando la mirada por las novedades en juvenil, entre todos los lomos intensos y contrastados destacaba uno suave y matizado. La historia siempre comienza en la cubierta del libro. Los colores, la tipografía y la imagen transmiten el tono y género de la historia y son una pista de lo que se va a relatar. Al ver la delicada ilustración de acuarela sentí que me esperaba un texto poético, una expresión de sentimientos profundos como el mar, un viaje, una inquietud en la sombra de aquellos barcos lejanos y enormes, un extrañamiento demostrado en el punto de vista en picado, un deseo abarcar el universo con la imagen completa de cubierta y contracubierta. El diseño de cubierta recordaba más bien la de un álbum ilustrado. Me picó la curiosidad.  
En la primera parte de la historia Celeste nos cuenta que vive feliz con sus padres, su abuela y su nana en lo alto de la colina Mariposa de Valparaíso en Chile. Pero pronto en su idílico mundo infantil aparecen nubarrones. Unas lluvias torrenciales le permiten ser testigo de la pobreza que la rodea.  
"Vadeamos calles que ahora son ríos negros. Me cuesta avanzar, mis pies se hunden y se pegan y el agua me salpica sobre las rodillas. Mi padre me toma de la mano.  
-Esto es la pobreza, Celeste. Un charco profundo del que no puedes salir." 
Celeste utiliza metáforas para expresar sus experiencias y revelar su paso de la inocencia infantil a la dureza del mundo adulto, pero sin caer en el pesimismo o el cinismo.  
"Hay lluvia para gente como yo. (...) la veo desde las ventanas del Café Iris comiendo sopaipillas con mis amigos (...) La lluvia del pobre es lluvia que arrasa las casas, agujerea los tejados y estropea la comida. Lluvia que hace que el barro y la enfermedad emerjan del suelo." 
Las catástrofes naturales anuncian otra catástrofe provocada por los seres humanos en la que los padres de Celeste resultan ser víctimas. Son considerados enemigos del régimen después del golpe de estado en su país y tienen que esconderse. A partir de entonces, los amigos y conocidos de Celeste empiezan a desaparecer y la niña descubre qué es la dictadura, la represión y la tortura. Comienza así la segunda parte de la historia, en la que Celeste viaja a EEUU con su tía para mantenerse a salvo. 
"Yo, Celeste Marconi, prometo no olvidar nunca. Prometo que estas montañas, blancas como el azúcar de las galletas de Alejandro que se me pegaban en los dedos, nunca estarán lejos. Prometo que estarán en todo lo que escriba. Describiré los Andes con el hilo de luna que llevo conmigo hacia el norte. Y esta luz guiará mi pluma." 
La nieve de Maine no es más fría que la acogida que le hacen a Celeste en el colegio, donde vive preocupada por unos padres de los que no sabe nada. Consigue adaptarse y hacer amigos, entre ellos los hermanos coreanos Kim y Tom, y entiende que hay más gente como ella, huyendo de sus hogares. 
Cuando la situación política cambia, Celeste vuelve a Valparaíso. Percibimos cómo ha cambiado el ambiente y los compañeros, sobre todo su gran amigo Cristóbal. Ambos se empeñan en la búsqueda de sus padres, donde las premoniciones mágicas se mezclan con los sueños. En esta curiosa aventura cuentan con el apoyo de la abuela Frida, emigrante judía que encontró el amor en Chile.  
Celeste siempre confía en conseguir aquello que considera justo, pero para eso tiene que actuar. Los personajes femeninos, bellamente descritos y luchadores cada uno a su manera, le ayudan a superar las situaciones difíciles. El carácter demasiado perfecto de Celeste, aunque encaja dentro de la obvia intención moral de la historia, a veces la hace poco creíble a ojos del lector. Los padres, sin embargo, muestran vívidamente los estragos que les producen sus dramáticas vivencias.  
Esta poética historia, con tintes de realismo mágico y ritmo lento, enriquece la oferta literaria para jóvenes, tocando un tema no muy tratado en literatura juvenil. Es posible que resulte demasiado larga para lectores de 12 años y hay que advertir que los sucesos sobre el golpe militar, aunque están inspirados en el golpe de estado de Pinochet, son figurados. No es una novela histórica, sino un viaje sentimental del exiliado que vive con el corazón dividido pero siempre deseoso de volver a su origen. 
"Por eso se llama exilio. Perteneces a todos los sitos y al mismo tiempo a ninguno." 
Finalmente, Celeste intenta poner su granito de arena para hacer un mundo mejor. Y no olvidará el recuerdo de los desaparecidos en el camino. 
"Espero veros pronto. Hasta entonces, que pertenezcáis a las cosas que amáis. Y yo estaré allí donde estén las cosas que amo." 

ALGUNOS LIBROS PARA JÓVENES PUBLICADOS EN ESPAÑA QUE TRATAN EL TEMA DEL EXILIO (gracias a Leoteca y Ana Garralón): 
Un poco más de azul, Manuel Reguera Saumell (Ediciones Barataria)
Camino de mi casa, Ana Tortosa (Trampantojo) 
Tal vez vuelvan los pájaros, Mariana Osorio Gumá (Ediciones Castillo)                                                      
El alfabeto de los sueños, Susan Fletcher (Siruela) 
Volveremos a encontrarnos, Annelies Schwarz (Ediciones SM)
No pasó nada, Antonio Skarmeta (Debolsillo) 
Lejos de mi país, de Pascale Francotte (La Galera, 2008
Mi hermano Benjamín, de François Alva-Calcé (Ed. Legutio) 
El año de los secretos, de Laura Santullo (Edelvives) 
Cómo aprendí geografía, de Uri Schulevitz  (SM)

SOBRE LA AUTORA: 
Marjorie Agosín es sobre todo poeta y crítica literaria, además de activista social. Las Naciones Unidas le han reconocido su trabajo en pro de los derechos humanos, sobre todo los relacionados con la situación de las mujeres en países del Tercer Mundo. De padres chilenos y judíos, nació en EEUU, pero creció en Chile. Actualmente es profesora en la Universidad de Wellesley, Massachusetts. 
Es reconocida como una de las escritoras hispanas más versátil y provocadora.  
Sus dos libros más recientes son dos colecciones de poesía, La Luz del deseo y Secretos en la arena: las jóvenes de Juárez, acerca de los homicidios de mujeres en Ciudad. 
El gobierno de Chile le otorgó la Medalla Gabriela Mistral de Honor a la Trayectoria en 2002. Con I lived on Butterfly Hill ganó el premio al Autor Pura Belpré, 2015, que rinde homenaje a los escritores e ilustradores hispanos cuyas obras constituyan el mejor reflejo, afirmación y celebración de la experiencia cultural hispana en la literatura infantil. 
Puedes leer nuestra entrevista a la autora en la revista El alijo.

SOBRE EL ILUSTRADOR: 
LeeWhite es un joven ilustrador con una decena de libros ilustrados que también trabaja en el desarrollo visual de juegos y animaciones.

SOBRE LA EDITORIAL: 
Atheneum Books for Young Readers es una firma de Simon&Schuster. Fundada en 1961 por Jean Karl, Atheneum Books for Young Readers publica libros y álbumes para niños y jóvenes. La firma ha ganado más de dos docenas de medallas Newbery y Caldecott y numerosos reconocimientos en Estados Unidos: medallas Coretta Scott King, nominaciones del Premio Nacional del Libro, PEN USA Premios Literarios, New York Times best-sellers y aparece en muchas listas estatales de lectura. Su compromiso es publicar libros comerciales de mérito literario excepcional, buscando siempre formatos nuevos e innovadores . 

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