Si quieres saber más, un cómic sobre Gandhi: Gandhi, el maestro de la vida (Jean-François Sauré | Ed. Saure).
Y ya que estamos en la Indida, hemos elegido una leyenda hindú para ofrecerte un dibujo para colorear:
Hace mucho tiempo, todos los pájaros eran de color marrón. Un día, sintieron envidia de los colores de las flores y llamaron a la Madre Naturaleza para que les cambiara de color.
–Reunión con la Madre Naturaleza la próxima semana en el Claro del Bosque –avisaba el águila mientras volaba.
Los pájaros pasaron una semana muy nerviosos, pensando sus colores favoritos. Llegada la hora, se reunieron alrededor de la Madre Naturaleza.
La primera que se decidió a elegir fue la Urraca:
–Quiero ser negra con algunas plumas de tono azul cuando les dé el sol, blanco el pecho y blanca la punta de las alas.
La Madre tomó su paleta y la coloreó, mientras el resto de los pájaros comentaban lo elegante que había quedado la Urraca.
–Yo quiero manchas blancas, azules y amarillas por todo el cuerpo–dijo el periquito.
–Para mi hermosa cola quiero colores muy brillantes: azules, verdes, amarillos, rojos y dorados–pidió el presumido Pavo Real.
–Adoro la luz, quiero parecerme a un rayo de sol. ¡Píntame de amarillo!–cantó el canario.
–Para que el resto de los animales se fijen un poco en mí, quiero que me pongas los colores más llamativos de tu paleta- chilló el loro.
Poco a poco, todos los pájaros fueron pasando por los pinceles de la Madre Naturaleza.
Cuando los colores de la paleta se habían acabado y los pájaros lucían orgullosos sus nuevos trajes, Madre Naturaleza se dispuso a volver a su hogar. Pero de repente una voz le hizo volver la cabeza. Por el cielo venía volando un pequeño Gorrión:
–Espera, espera, por favor –gritaba–, todavía falto yo. Estaba muy lejos y mis alas son chiquititas. Yo también quiero cambiar de color.
–Ya no quedan colores en mi paleta –dijo la Madre Naturaleza apenada.
–Bueno, no pasa nada –dijo el Gorrión tristemente mientras se alejaba–, de todas formas el color marrón tampoco está tan mal.
–Espera –gritó la Madre Naturaleza–, queda una pequeña gota de amarillo en mi paleta.
El Gorrión se acercó corriendo muy contento. La Madre Naturaleza, agachándose tiernamente, le pintó una pequeñísima mancha en el pico.
Cuando veáis un gorrión, fijaos qué bien le queda el último color que usó la Naturaleza para vestir a los pájaros.
–Reunión con la Madre Naturaleza la próxima semana en el Claro del Bosque –avisaba el águila mientras volaba.
Los pájaros pasaron una semana muy nerviosos, pensando sus colores favoritos. Llegada la hora, se reunieron alrededor de la Madre Naturaleza.
La primera que se decidió a elegir fue la Urraca:
–Quiero ser negra con algunas plumas de tono azul cuando les dé el sol, blanco el pecho y blanca la punta de las alas.
La Madre tomó su paleta y la coloreó, mientras el resto de los pájaros comentaban lo elegante que había quedado la Urraca.
–Yo quiero manchas blancas, azules y amarillas por todo el cuerpo–dijo el periquito.
–Para mi hermosa cola quiero colores muy brillantes: azules, verdes, amarillos, rojos y dorados–pidió el presumido Pavo Real.
–Adoro la luz, quiero parecerme a un rayo de sol. ¡Píntame de amarillo!–cantó el canario.
–Para que el resto de los animales se fijen un poco en mí, quiero que me pongas los colores más llamativos de tu paleta- chilló el loro.
Poco a poco, todos los pájaros fueron pasando por los pinceles de la Madre Naturaleza.
Cuando los colores de la paleta se habían acabado y los pájaros lucían orgullosos sus nuevos trajes, Madre Naturaleza se dispuso a volver a su hogar. Pero de repente una voz le hizo volver la cabeza. Por el cielo venía volando un pequeño Gorrión:
–Espera, espera, por favor –gritaba–, todavía falto yo. Estaba muy lejos y mis alas son chiquititas. Yo también quiero cambiar de color.
–Ya no quedan colores en mi paleta –dijo la Madre Naturaleza apenada.
–Bueno, no pasa nada –dijo el Gorrión tristemente mientras se alejaba–, de todas formas el color marrón tampoco está tan mal.
–Espera –gritó la Madre Naturaleza–, queda una pequeña gota de amarillo en mi paleta.
El Gorrión se acercó corriendo muy contento. La Madre Naturaleza, agachándose tiernamente, le pintó una pequeñísima mancha en el pico.
Cuando veáis un gorrión, fijaos qué bien le queda el último color que usó la Naturaleza para vestir a los pájaros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario