Andaba yo, a lo mío, curra que te curra, cuando Cigarra empezó a darme el cri-crí cri-crá con las vacaciones. Por no oírla otro año, nos vamos, y en qué hora... “Un lugar relajante”, me dice. Enrolladas en la cola de una curruca llegamos a Ibiza, de calita en calita, mira que están escondidas, y de disco en disco, no veía yo el relax por ningún sitio. Cigarra al verme descompuesta me hace bucear a Formentera, “más tranquilo”, y nos pegamos una paliza en bici dando la vuelta a la isla, “qué sano”, cómo me duele el culo. Un ratito en la toalla mordisqueando panade y ya está Cigarra tramando “algo más natural”, y bucea que te bucea me lleva a la Cabrera, hala, a hacer trekking, “admiremos el paisaje”, a mí que se me nublaba la vista. Entonces va y dice la tía “¿Nos vamos de fiesta a Mallorca y devoramos alguna lechuga real?” ¡Una visita al rey, yo, una rara hormiga republicana! El colmo. Decido huir de esta hiperactividad veraniega: escondida en el Lazareto de Mahón, espero que sus muros me libren de Cigarra como libraron a los menorquines de la peste…
Así, he llegado al primer sol de España, y mientras hago yoga lo tomo, a ver si dejo de ser hormiga roja.Oooooooooooooms.
Esta es la versión de Cigarra de las vacaciones, ¿quieres colorearla? Y Hormiga se ha traído un libro de fantasía de una autora mallorquina: El Crimen de los Dioses (Joana Pol | Entrelíneas)
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